Si hay algo que aprendí en la vida es a apostar por los sueños. No importa si te equivocas, la batalla ya se ganó intentando.
Empecé mi carrera en Perú en agencias como BBDO y McCann manejando cuentas globales como Pepsi, Nestlé y Coca-Cola desde muy joven, pero decidí invertir toda mi pasión en un mercado nuevo y por demás difícil. Llegué a Bolivia en 1998 y desarrollé prácticamente toda mi carrera profesional aquí, corriendo el riesgo de desaparecer del escenario creativo mundial, pero no fue así.
Si bien aquí no hay grandes presupuestos, eso no significó un freno para tener grandes ideas. Todo por lo que fuimos a competir, se ganó. En un país que no creía en sus capacidades, en un país donde los empresarios nunca le vieron el potencial a la inversión en creatividad, pudimos lograr lo que pocos, o en realidad lo que nadie logró hasta hoy.
Ganamos concursos regionales para Coca-Cola y Sony. Campañas de ambos clientes se exportaron a toda la región y en algunos casos a Europa, EE.UU. y Asia.
Tuve el honor de comandar equipos de creatividad que llevaron a McCann a ser Agencia del Año en cada uno de los Festivales locales donde participó. Una agencia de bajo perfil creativo, se destacó desde mi llegada, modestia aparte, logrando incluso ganar el único reconocimiento en el London Festival hasta el día de hoy con Coca-Cola, demostrando que no hay clientes malos sino creativos malos.
Al pasar a DDB, se confirmó lo alcanzado. Por primera vez en varios años, McCann perdió el liderazgo creativo quedando 5ta mientras que DDB, mi nuevo hogar publicitario, se convirtió en la nueva Agencia del Año, posición que mantenemos desde el 2010.
Fui el primer jurado boliviano invitado a El Ojo de Iberoamérica y a los New York Festivals. DDB Worldwide eligió 6 piezas nuestras con la calificación más alta en los 2 últimos años para competir en Cannes. Histórico. Si esto se puede lograr desde una posición tan austera, imagínense lo que se puede hacer desde una posición privilegiada.